
MILAGROS EVANGELÍSTICOS
(Salmo 96)
1. El diluvio de la Tierra (Gn. 6, 7).
2. La destrucción de Sodoma (Gn. 19).
3. La conversión de la mujer de Lot en una estatua de sal (Gn. 19:26).
4. El juicio de Coré, Datán y Abiram (Nm. 16).
5. La mirada sobre la serpiente de bronce (Nm. 21:8).
6. La caída de fuego ante los profetas de Baal (1 R. 18).
7. Los acontecimientos de Jonás (Jon.).
8. La captura de un pez (Lc. 5).
9. La sanidad de la hija de la mujer sirofenicia (Mt. 15; Mr. 7).
10. Los ojos que se abrieron de aquel hombre que nació ciego (Jn. 9).
11. El juicio de Ananías y Safira (Hch. 5).
12. La venida de Pedro a la casa de Cornelio (Hch. 10, 11).
Vila, Samuel: 1000 Bosquejos Para Predicadores. 08232 Viladecavalls (Barcelona) España : Editorial CLIE, 2001, S. 240
CURACIÓN DEL PARALÍTICO
(Marcos 2:1–12)
INTRODUCCIÓN: puede usarse la de Mt. 9:1–9. Esta curación es un exponente y ejemplo de la curación espiritual del pecado, considerando los hechos …
1. Un hombre paralítico (v. 3): la parálisis inmoviliza toda acción física. El pecado paraliza toda actividad espiritual. La víctima no puede andar con Dios, y muchas veces no es capaz de realizar lo que su conciencia le indica que debiera hacer (véase Ro. 3:9–12, 18–19, 20).
2. Una buena voluntad dispuesta al esfuerzo y sacrificio (v. 4): la simpatía personal debe promover el esfuerzo para llevar almas a Cristo. No esperar que vengan, sino nosotros ir a ellos y traerles al Señor o al lugar donde pueden encontrarle. Allí donde se predica el Evangelio. Muchos no son capaces de venir solos. Jesús dijo: «Id y predicad».
3. Una perseverancia invencible (v. 4): Satanás siempre pone dificultades delante de los que quieren llevar a cabo su obra (Mr. 10:48). Aquí el Señor recompensó la fe perseverante de sus amigos, curando al enfermo:
4. Un perdón inesperado (v. 5): ellos buscaban la curación física del enfermo, pero Cristo le dio mucho más; como dice el apóstol: «Más de lo que pedimos o entendemos» (Ef. 3:20), al darle el perdón de los pecados que valía mucho más porque es para la eternidad. Poder para servir a Dios es más importante que poder para servirse a sí mismo.
5. Una percepción inescapable (vv. 6, 8): el Señor percibió lo que estaban pensando «en sus corazones». Parece que ni siquiera lo habían expresado en susurro entre ellos; pero Dios ve el corazón; nada puede escapar a sus ojos escrutadores (Jer. 17:10, Ro. 14:10–12; He. 4:12, 13).
6. Un poder incomparable (v. 11): «¿Quién puede perdonar pecados sino solamente Dios?»—decían dentro de sí los que no podían adivinar quién era Jesús; pero la curación del paralítico demostró quién era; por lo tanto, tenía potestad para perdonar (Hch. 5:31; Mr. 10:43).
7. Una proclamación imprescindible (v. 12): los circunstantes testificaron de lo que habían visto. ¡Cuánto más lo haría el paralítico sanado! El poder de Cristo capacita al hombre para proclamar su amor. Hay una facilidad hasta en el habla en los recién convertidos: el amor de Cristo constriñe a proclamar su poder (Mr. 5:19, 20; 1 Co. 9:16). ¿Sentís vosotros, amigos, este amor y gratitud que os hace obrar? Es el Espíritu de Dios que está en vosotros. De otro modo, temed por vuestras almas.
Vila, Samuel: 1000 Bosquejos Para Predicadores. 08232 Viladecavalls (Barcelona) España : Editorial CLIE, 2001, S. 242
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