Los dos caminos y los dos destinos
La salvación y la perdición
“Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan
a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos;
pero la puerta y el camino que llevan a la vida
son angostos y difíciles, y pocos los encuentran”, Mat_7:13-14.
No hay un camino intermedio
Jesús deja en claro que hay solamente dos caminos. Afirman los versículos bíblicos Jua_3:18, Jua_3:36: “El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado. El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esta vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios”.
¿Comenzamos en el camino espacioso o en el angosto?
El apóstol Pablo, al escribir a personas en la ciudad de Éfeso que ya eran salvas, dijo (Efe_2:1-3): “Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados en que vivían. De esta manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros propios deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos”.
En Romanos capítulo 1 Pablo examina los gentiles y los encuentra “enemigos de Dios” que no querían reconocerle. “Están llenos de toda clase de injusticia”, dice. Y en el capítulo 2 él encuentra al judío haciendo aquello del cual acusaba al gentil. En el párrafo Rom_3:9-18, que por cierto se ha llamado el retrato fotográfico que Dios ha tomado del hombre, Pablo engloba a todos “bajo el poder del pecado”. Prosigue: “¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno!” Su declaración contundente es: “Todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios”.
Lea el pasaje entero, y reflexione sobre el testimonio de Dios acerca de lo que usted es por naturaleza. Así es que Él lo ve en este momento, si es que no ha sido lavado en la preciosa sangre de Jesucristo. Tal vez profesa ser cristiano pero nunca se ha visto como Él lo describe aquí. No ha aceptado el lenguaje del Rom_3:19 : “... para que todos callen y el mundo entero caiga bajo el juicio de Dios”. Dicho de otra manera: ¿Usted se ha visto como un pecador incapacitado para remediar su propia condición? De buenos modales quizás, y religioso, ¿pero ha nacido de nuevo? Jesús declara en Jua_3:3-7: “El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. No te extrañes de que te diga: Todos tienen que nacer de nuevo”.
La senda limpia En Pro_16:25 leemos: “Hay caminos que parecen derechos, pero en el final de ellos está la muerte”. Y, pensando en su propio pueblo, Pablo expresa en Rom_10:1-3: “Él deseo de mi corazón y mi oración a Dios ... es que alcancen la salvación. En su favor puedo decir que tienen un gran deseo de servir a Dios; sólo que ese deseo no está basado en el verdadero conocimiento ... buscan ser liberados por sus propios medios, sin someterse a lo que Dios ha establecido”.
Ellos tenían un camino, y les parecía apropiado, pero no era el camino que Dios ha establecido, y terminaba en la muerte. Tenían celo, pero no el celo demandado en la Palabra de Dios. Tenían una religión propia, pero Dios la consideraba trapos sucios, al hablar de Isa_64:6. Así como Pablo mismo cuando joven, su religión no era para salvación. Él se expresa en Gál_1:13-16: “Yo estaba más adelantado que muchos de mis paisanos de mi misma edad, porque era mucho más estricto en conservar las tradiciones de mis antepasados”. Pero, con todo, él dice que estaba persiguiendo y destruyendo a la iglesia de Dios.
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